Al momento de emprender son muchos los obstáculos que se deben enfrentar, siendo el principal de ellos el miedo. Tememos fracasar, no crecer, no tomar buenas decisiones y otras inseguridades que son normales en el mundo de los negocios. Sin embargo, se deben tener estrategias para contrarrestar esos miedos, tácticas que nos permitan avanzar y hoy queremos hablarte de una que es la llave maestra para emprender con éxito.

Cuando hablamos de emprender con éxito creemos que la clave es ser experto en mercadeo, tener diseños llamativos o un producto innovador o invertir en publicidad, aunque todas estas cosas son importantes, existe una indispensable y es planificar.

La planificación consiste en realizar una serie de acciones y decisiones para cumplir con un fin u objetivo específico en un determinado tiempo. Cuando planificamos nos estamos preparando para el futuro, ya que al tener todo en orden podremos medir resultados y anticiparnos a ciertas situaciones.

Ahora, puede que como emprendedor sí tengas una planificación en los procesos que efectúas y tienes claras las estrategias para tu negocio, pero olvidamos o no utilizamos de manera correcta la llave maestra: Planificación financiera

Para tener una planificación financiera no necesitas ser contador o saber a profundidad sobre finanzas, debes tener muy en claro cuáles son los recursos con los que cuenta la empresa, fijar metas y saber los costos que se van a generar para alcanzarlas.

Tres estrategias para iniciar tu planificación financiera

1. Ser organizado

La organización más allá de una estrategia es un hábito que todo emprendedor necesita cultivar. Para esto, es necesario tener un enfoque, el cual será de acuerdo con el tipo de emprendimiento que tienes y las necesidades de este. Es importante ejecutar una serie de tareas que serán efectivas si se cumplen un determinado periodo.

2 Diferencia tus gastos personales de los de la empresa

Es muy común, sobre todo cuando se está poniendo en marcha el emprendimiento y si es tu única fuente de ingreso, mezclar los gastos que corresponden a tu empresa con los gastos personales. Esto es un error que debes evitar dado que se presentará un desorden financiero y será un obstáculo para avanzar. Separar las finanzas personales de las de tu negocio demuestra que tienes una buena administración y puedes llevar un control de tus ganancias.

Recuerda que los ingresos son todas las entradas de dinero que tiene tu negocio, mientras que los gastos es el uso que le das al dinero y se dividen en gatos fijos y variables.

Los gastos fijos son aquellos que siempre deberás pagar, por ejemplo, el alquiler del local si cuentas con uno.

Los gastos variables son aquellos gastos que, como su nombre lo indica, pueden cambiar. Por ejemplo, la materia prima para tu emprendimiento puede variar en algunos periodos.

Entonces, es importante tener en claro tus gastos y no mezclarlos con tus asuntos personales porque no vas a poder identificar bien tus ganancias o incluso no las verás a causa de su utilización para cosas que no hacen parte de tu negocio. Incluso puedes tomar pequeños montos para cosas urgentes y crees que no van a tener ningún tipo de impacto, pero recuerda que cada peso cuenta y si no lo registras no tendrás tus cuentas claras.

3 Asígnate un salario

Para que lo anterior no te suceda es recomendable asignarte un porcentaje de las ganancias para ti y será ese dinero el que utilizarás para tus asuntos personales.

Nota: Si necesitas ayuda para manejar tus finanzas personales nuestro artículo sobre herramientas para finanzas personales es el ideal.

Si tu emprendimiento ha estado en crecimiento, puedes asignarte un salario que sea acorde con las ganancias de tu empresa y a tus necesidades.

Para conocer tus ganancias puedes realizar esta simple fórmula:

Ingresos totales – Costos de producción y distribución = Ganancias

Cómo hacer una planificación financiera

Ya que conoces las estrategias para iniciar efectivamente tu planificación financiera, veamos ahora los pasos que debes seguir para hacerla:

No podrás tener éxito en este proceso si no tienes en claro un punto de partida. Para esto debes conocer cuál es el estado contable de tu emprendimiento y si puedes apoyarte con un contador mucho mejor. En caso de no poder contar con una persona externa, analiza si estás llevando registro de tus ingresos y gastos, cómo han sido las ganancias en los últimos meses y define tácticas para mejorar en esta área. Con esta información podrás hallar que los ingresos no están siendo suficientes para tus gastos o que tus ganancias en ciertos meses aumentan en comparación con los otros, por lo cual tomar decisiones no será tan complicado y estarás más seguro respecto a lo que debes hacer.

Luego de saber cuál es tu punto de partida, debes saber a dónde quieres llegar o que deseas lograr y para esto debes trazar unos objetivos. Estos objetivos deben tener un tiempo de cumplimiento y los puedes dividir en largo, mediano y corto plazo.

Además, puedes establecer objetivos generales y objetivos específicos. Por ejemplo, aumentar las ganancias de tu emprendimiento es un objetivo general; aumentar un 10% las ganancias en el mes de junio al participar en ferias, es un objetivo específico porque es el que va a ayudarte a cumplir el general.

Esto te ayudará a distribuir el dinero de manera organizada y administrarlo de tal manera que puedas fijar prioridades, disminuir el riesgo de incumplir con ciertos compromisos, identificar gastos que puedes ajustar y evaluar las decisiones financieras que tomes.

Si lo deseas puedes descargar la plantilla que hemos creado para ti, en la cual puedes tener un registro de tus ingresos, gastos (fijos y variables) y utilidades. Con esto podrás tener un control de tus gastos y tener certeza si el negocio está siendo rentable o no.

Cada final o principio de mes puedes revisar tus finanzas, es decir, evaluar tus ingresos y egresos. Cada trimestre, o el tiempo que determinaste para tus objetivos, analizar si los estás cumpliendo y replantear el plan de acción para lograrlos.

Cuando mides los resultados de tus acciones puedes considerar sumar otras estrategias que beneficiarán a tu empresa, como por ejemplo iniciar un plan de ahorro, aumentar tu distribución o invertir en nuevos negocios.

Como puedes ver, la planificación financiera es la llave maestra porque es la forma de saber lo que haces, cómo lo haces, cuando y con qué. Un emprendedor con este tipo de conocimiento será seguro y enfrentará cualquier temor porque sabe muy bien el camino que ha recorrido, mientras quien no planifica toma decisiones a ciegas y puede fracasar. Con esto no estás excepto a tener crisis, pero al tener un plan puedes estar preparado y transformar las dificultades en oportunidades. La planificación financiera es una gestión que respalda tu futuro con argumentos y no suposiciones, así que no esperes más y empieza a utilizar esta llave que abrirá la puerta del éxito para tu emprendimiento.


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